Uno de los principales componentes que suele pasar desapercibido a los ojos de muchos fotógrafos de hoy en día es
la tarjeta de memoria de la cámara fotográfica.
Podría decirse que ésta, junto al sensor, reemplaza lo que antes era la
función de la película. Ambos abrieron las puertas a la era de la
fotografía digital.
Las tarjetas de memoria, más allá de que no tengan componentes móviles,
no están exentas de fallos, problemas y borrones accidentales, que
puedan llegar a provocarte un colapso nervioso. Es por esto que he
preparado esta sencilla guía para que puedas recuperar tus fotografías, o
por lo menos, para que lo intentes. Por intentar que no quede.
¿Cómo funcionan las memorias flash?
No es el momento ni el lugar para
ponernos a ahondar en cómo es el funcionamiento técnico de las tarjetas
de memoria, ya que el proceso es difícil de explicar y entender y además
no viene mucho al caso, pero aquí te dejo una pequeña aproximación para
que puedas hacerte una idea (si te lías con las explicaciones técnicas y
no te interesa mucho, te puedes saltar esta parte):
Básicamente, estas memorias funcionan de
un modo similar a como lo hacen las memorias RAM de los dispositivos y
ordenadores que utilizamos a diario, con la diferencia de que las
memorias flash, dentro de las cuales están las SD, trabajan almacenando
información de manera no volátil, es decir, que no se borra al cortar la
corriente, apagar la cámara o al retirarlas de algún dispositivo como
sí pasa con las RAM. Como dije anteriormente, estas memorias no tienen
partes móviles como los discos rígidos de los ordenadores, la
información se almacena en pequeños chips que garantizan muchísima más
velocidad, mayor durabilidad y un tamaño muy reducido.
Es por esto que este tipo de memorias se han convertido en la mejor opción para que nuestras cámaras almacenen las fotografías.
¿Por qué se puede perder la información?
Así como los fotógrafos que utilizan
cámaras a rollo o película sufren cuando uno de los mismos se velan, los
que utilizan cámaras digitales lo hacen cuando se dañan las memorias.
Pero no sólo el daño al sistema de archivos es el responsable de tanto
pánico, sino que también los accidentes al eliminar fotografías, aportan
más fuego a este incendio.
Las principales causas de tener que recuperar los datos son:
- Fotos borradas accidentalmente de la memoria.
- Formateo accidental.
- Errores en la tarjeta que no permitan acceder o visualizar los archivos.
- La infección por un virus
- Un fallo energético
- Apagar la cámara mientras ésta trabaja con los archivos.
- Retirar la memoria con la cámara encendida.
- Guardarlas en condiciones contrarias a las recomendaciones del fabricante: humedad, calor, etc
Qué hacer para recuperar tus fotografías perdidas accidentalmente?
Lo primero que hay que hacer es no
entrar en pánico, respirar hondo y leer atentamente las siguientes
recomendaciones que tengo para ti:
Deja de usar la memoria:
Si has borrado accidentalmente
fotografías o si tu cámara u ordenador te indican que la memoria no
tiene formato o que no tienen ningún archivo dentro, es importante que
no te dejes llevar por la desesperación y no intentes ningún
procedimiento alocado que pueda dañar los archivos que, por increíble
que parezca, aún están dentro.
Cuando una tarjeta de memoria de daña o
se borran archivos accidentalmente de la misma, los datos seguirán allí
almacenados, por lo menos hasta que los sobrescribas. Si, siguen allí,
los archivos permanecen guardados en los sectores de almacenamiento de
tu tarjeta de memoria y mientras no los “pises” con archivos nuevos
(fotos nuevas), es muy probable que aún puedas recuperarlos, incluso si
ya la has formateado.
Por último, algunos consejos para minimizar los riesgos
Compra Calidad:
en la medida en que tu presupuesto te lo permita, compra tarjetas de
memoria de calidad. Las mismas se dividen por clases, y estas clasifican
a las memorias respecto de la velocidad de escritura con la que
trabajan, así las memorias clase 2 son muchísimo más lentas, y por
consiguiente menos fiables, que las clase 10.
Ten paciencia:
al terminar de tomar tus fotografías, no te apures a retirar la tarjeta
de la cámara para bajarlas al ordenador. Puede ser que, aunque no nos
lo indique la luz intermitente, se siga procesando información que
truncaremos en el apuro. Ten el mismo cuidado respecto de apagar la
cámara repentinamente luego de usarla para evitar el mismo problema.
Realiza respaldos periódicos:
una de las formas por excelencia para mitigar los riesgos respecto a la
pérdida de fotografías producto de fallos u errores, es realizar
respaldos frecuentes de las mismas.
No te confíes:
ante el primer mensaje de error de la cámara respecto a fallos en la
memoria flash, deja de utilizar dicha memoria. Es posible que haya sido
solo algo momentáneo que se solucione apagando y encendiendo la cámara,
pero es un indicio más que importante de que algo está fallando. El que
avisa no traiciona.
No tires los estuches:
esa pequeña cajita de plástico en la que suelen venir las memorias no
es sólo una pieza de packaging que el fabricante incluyó para hacer más
bonito el producto, sino que están diseñados para proteger a las
memorias de los posibles golpes, la humedad y todo el daño físico que
pueda llegar a sufrir tu memoria.
Divide y triunfarás:
es una buena estrategia para reducir el riesgo y prevenir pérdidas
importantes de información, utilizar varias tarjetas de memoria de menor
capacidad en lugar de una de gran capacidad. Si alguna de ellas
fallara, aun tendrás gran parte de tu trabajo a salvo en las otras.
Realiza mantenimiento:
a medida que utilizas tu memoria, la conectas de dispositivo en
dispositivo, la llenas y la descargas, el sistema de archivos de esta se
va “ensuciando”. Una buena manera de limpiarlo es realizándole un
formateo cada cierto tiempo. No te recomiendo que lo hagas
constantemente, pero sí, si has estado utilizando dicha tarjeta en más
de un equipo al mismo tiempo.
Estado general:
también puedes prestar atención al desgaste que sufren sus conectores y
la cubierta plástica que las protege, ya que si están muy desgastados
es más probable que puedas llegar a tener algún inconveniente en el
corto plazo.
Sé cuidadoso:
a pesar de ser dispositivos resistentes, no por ello debes de confiarte
y no cuidarlas como realmente se merece el lugar donde irán guardadas
tus fotografías, por lo menos hasta que las descargues al ordenador.
Mantenlas alejadas de la humedad, del calor y de los golpes ya que
cualquiera de ellos en exceso podrán producirles daños que no podrás
reparar con ningún software.
No siempre es posible recuperar la información de una memoria cuando el
daño que sufrió la misma no es a nivel de su estructura de datos, sino
que es físico. Pero si eres muy cuidadoso con la misma, la tarjeta te
acompañará a lo largo de muchas fotografías.
El mejor consejo para que tus archivos fotograficos no se pierdan es que no intentes recuperar tu los archivos si no tienes conocimientos. Hay hoy en día multitud de programas en la red que ayudan a recuperar archivos pero no todos son aplicables para fotografias. Lo mejor es que te acerques a una tienda de Fotografia y le preguntes a un profesional. El te ayudará.
Fuente:
http://www.blogdelfotografo.com/